Fue nuestra primera toma de contacto con el mundo egipcio. Una entrada por la puerta grande y el preludio de una gran aventura. En el barco olía a vida, y transportaba trabajadores, mercancías y algún que otro turista. Los ojos no paraban de mirar hacia todas las direcciones, y los ojos de los demás no paraban de mirarnos a nosotros. Una comunión bien avenida.
Fue nuestra primera toma de contacto con el mundo egipcio. Una entrada por la puerta grande y el preludio de una gran aventura. En el barco olía a vida, y transportaba trabajadores, mercancías y algún que otro turista. Los ojos no paraban de mirar hacia todas las direcciones, y los ojos de los demás no paraban de mirarnos a nosotros. Una comunión bien avenida.
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